Intuimos que la labor que ha recogido el CONSORCIO URBANISTICO PARA LA REHABILITACION DE PUERTO DE LA CRUZ en sus objetivos, tal como lo expresan en su página https://consorciopuertodelacruz.com/: «El objetivo del Consorcio es llevar a cabo el conjunto de actuaciones incluidas en el Plan de Mejora y Modernización articuladas a través de programas que promueven la rehabilitación, promoción y gestión del destino turístico.»

«El Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación de Puerto de la Cruz tiene como objeto llevar a cabo una serie de actuaciones entre las que se contempló desde su creación la realización del Plan para la rehabilitación de las infraestructuras turísticas de Puerto de la Cruz (PRIT).»

Intuimos, decimos, que esa labor que se han echado a la cabeza, aparte de los propios de la restauración de una infraestructura obsoleta y la reestructuración de la confianza mundial en nuestro destino turístico, se enfrenta con un asunto que ya existía antes de la creación (del Consorcio) pero que, a duras penas, después de tantos años (aunque ya se vislumbra un final, con muchas dudas), sigue vigente, tristemente vigente. Nos referimos al edificio Iders. En un entorno que ya ha cabreado a los vecinos, visitantes y, como no, a las autoridades competentes (¿?) o, por lo menos, que pensamos serían las que tendrían idoneidad para iniciar el FINAL de este desatino.

Malamente vemos un resultado final adecuado a los objetivos del Consorcio si se acaba su actuación sin haber conseguido que esta situación impune contra los derechos de nuestro municipio continúe tal cual. Algún «poder» tendría que tener una unión de estas características (Consorcio: «Asociación de empresas o entidades con intereses comunes para participar conjuntamente en un proyecto o negocio importante.») que comprometen el futuro de nuestro municipio, el Puerto de la Cruz.

Nota: La imagen inicial figura en la página mencionada del Consorcio.